La otra Revolución




               
¡Viva la patria! ¡Vivan los criollos y los héroes! ¡Vivan French y Berutti repartiendo escarapelas! ¡Fuera Realistas! ¡Viva don Cornelio Saavedra! ¡Viva la lluvia de este frio 25 de mayo! ¡Vivan Paso, Moreno, Belgrano, Azcuénaga, Larrea, Alberti, Castelli y Matheu! ¡Viva la revolución!
                Podríamos hablar de muchas otras historias y personajes. Hasta sabemos de la mazamorra, la mita y el yanaconazgo. Conocíamos el status social y racial. Nos han hablado de Zambos, Criollos y mulatos. Pero se dejaron de lado varios hitos y personas muy importantes de esta gesta. Espero que no crean que la historia que nos contaron fue selectiva ¿Verdad? A este punto queríamos llegar. Hoy vamos a darles un pantallazo de algunos personajes muy interesantes de los que nada se sabe. Si nos nombran Vieytes, Rodríguez Peña (sin dejar de mencionar a su esposa Casilda Igarzabal) o a Benito Lue y Rega se nos vienen la mente el colegio  y la calle de Castelar.
¿Pero de dónde surgen estos apellidos? ¿Quiénes fueron? ¿Qué aporte a la Gesta de Mayo tuvieron? Vamos a enumerar algunos detalles en esta corta versión de la Gaceta, pero ahondaremos en detalles más técnicos más adelante, no se apresuren. El fin de este texto es darles un nombre y recordarlos.

 El del “Semanario de Agricultura y comercio”
 Hipólito Vieytes, comerciante y militar argentino. Nacido en San Antonio de Areco en 1762. Estudió filosofía y derecho en el Colegio de San Carlos. El 1º de septiembre de 1802 lanza el “Semanario de Agricultura y Comercio” (Segundo periódico autóctono) por lo que se lo considera el primer periodista argentino. Defendía los ideales de Manuel Belgrano y las ideas librecambistas. Vieytes participó en la Reconquista de Buenos Aires, durante las Invasiones Inglesas, donde logró el grado de capitán. En 1810 apoyó la Revolución de Mayo  y asistió al Cabildo Abierto. Fue nombrado auditor de guerra, cargo del que fue separado por negarse a fusilar a Santiago de Liniers. Tras el fallecimiento de Mariano Moreno, lo reemplazó como secretario de la Primera Junta, hasta 1811.


El Primer Orador
Benito Lue y Rega nació en Lastres, diócesis de Oviedo, el 12 de marzo de 1753 En su juventud fue oficial de ejército, pero al enviudar abrazó la carrera eclesiástica. Estudió teología en Santiago de Compostela y fue deán de la catedral de Lugo. El Consejo de Indias lo propuso al rey para ocupar la sede de Buenos Aires y el 9 de agosto de 1802 fue designado obispo de esa ciudad por el Papa Pío VII. Llegó a Montevideo el 30 de marzo de 1803 y a Buenos Aires el 22 de abril. Salió de Buenos Aires el 13 de mayo de 1803 y fue consagrado en Córdoba por el obispo Ángel Mariano Moscoso el 29 de mayo.
En el cabildo abierto del 22 de mayo de 1810 inauguró el debate, defendiendo la tesis de que el Virreinato era una colonia del pueblo español, del cual excluía a los americanos. Dijo que solamente no había que hacer novedad con el Virrey, sino que aun cuando no quedase parte alguna de España que no estuviese subyugada, los españoles que se encontrasen en las Américas debían tomar y reasumir el mando de ellas; y que este sólo podía venir a manos de los hijos del país cuando ya no hubiese quedado un solo español en él. Cuando los patriotas quisieron contradecirlo, les contestó que él no había sido llamado a debatir, sino a decir libremente su opinión. Llegado el momento de que los concurrentes emitieran sus votos, el primero fue el del obispo.

El socio de Vieytes y su esposa de armas tomar
Nicolás Rodríguez Peña nació en Buenos Aires, en el entonces Virreinato del Perú, el 30 de abril de 1775. Se dedicó al comercio, que le permitió reunir una considerable fortuna. Entre sus varias empresas exitosas, se cuenta la jabonería que tenía en sociedad con Hipólito Vieytes, la que se hizo famosa como centro de conspiraciones contra la monarquía española. Participó como miembro de las milicias contra las dos Invasiones Inglesas al Virreinato del Río de la Plata durante 1806 y 1807. Tras integrar el grupo conspirador que apoyaba al carlotismo[1], promovió y financió las acciones políticas previas a la Revolución de Mayo. Tuvo destaca actuación en el cabildo abierto del 22 de mayo. Colaboró en la formación de la Primera Junta de gobierno patrio. Fue secretario de Castelli, aunque no compartía todas sus ideas, acompañándolo en la expedición de las tropas porteñas a fin de sofocar la Contrarrevolución de Córdoba, donde autorizó el fusilamiento del ex virrey Santiago de Liniers y los demás contrarrevolucionarios vencidos. Continuó con Ejército del Norte en la Primera expedición auxiliadora al Alto Perú, tras actuar en la Batalla de Suipacha, ingresó en las provincias de arriba y por un corto tiempo fue gobernador de La Paz. Casado con Casilda Igarzábal (Brasil, Virreinato del Río de la Plata, el 6 de abril de 1774)  una de las más decididas patriotas. Junto a un grupo de decididas y patriotas mujeres, la mañana del 18 de mayo de 1810 se presentaron frente a Saavedra. Casilda tomo la palabra y  se dirigió resueltamente al comandante de las milicias y le dijo "Coronel, no hay que vacilar, la Patria lo necesita para que la salve. Ya sabe usted lo que quiere el pueblo, y usted no puede volvernos la espalda y dejar perdidos a nuestros maridos, a nuestros hermanos y a todos nuestros amigos".

 Dicho esto no queda más que decir ¡VIVA LA REVOLUCIÓN DE MAYO!



[1] Carlotismo: El carlotismo fue el proyecto político para crear en el Virreinato del Río de la Plata una monarquía independiente, cuyo titular sería la infanta Carlota Joaquina de Borbón, hermana del rey Fernando VII de España, esposa y princesa consorte del príncipe regente Juan de Portugal.

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