Dia del Periodista
Desde la Organización G.A.L.T. queremos saludar en este día
tan especial a todos los periodistas. Creemos que son ellos quienes pueden
elevar la calidad de la democracia, así como pueden destruirla. Es un hecho que
los gobiernos solo pueden hacer lo que está dentro de la franja de tolerancia
de una población. Esa franja de tolerancia será dibujada con ayuda del periodismo. De ellos depende señalar los abusos de los gobiernos y no
alentarlos.
Por eso, hoy presentamos tres casos dignos de recordar:
Juan Hipólito Vieytes
Son pocos los que hoy por hoy recuerdan a semejante prócer,
lo cual es injusto. En 1802 funda el Semanario de agricultura, industria y
comercio; si bien ya existía un periódico anterior, era dirigido por un
español. Por tanto, este fue el primer diario criollo. Su objetivo principal
era instruir a los habitantes de una incipiente Bueno Aires en las materias
mencionadas. ¿Por qué? Porque este era un pueblo con hambre de instrucción.
Existían algunos vicios heredados de nuestros colonizadores,
como el desprecio por los trabajos manuales. En otros casos, la falta de
conocimiento era garantía de pobreza. Debemos recordar que la única industria
medianamente prolifera era la venta de pieles, dejando a los animales
carroñeros (en muchos casos) la carne sobrante. Vieytes estaba en las antípodas
de este pensamiento, casi podría decirse que anticipaba que Argentina sería el
granero del mundo:
…Sino que también
podemos por la baratez de nuestros frutos concurrir casi con total exclusión de
las demás provincias al mercado general de todo el Mundo.[1]
Su labor fue por demás importante, ya que iba construyendo
el clima revolucionario. La riqueza sería la condición que posibilite la independencia.
Ya se sabe de la eficacia de la pobreza como vehículo de sujeción. (…) La
prohibición del comercio obedecía aun doble y poderoso motivo; “como trabajo
que enriquece y fortifica y como elemento que educa y enseña”. El comercio era
peligro de emancipación.[2]
Y Vieytes, que era un adelantado, ya había emancipado sus ideas.
La Gazeta de Buenos Aires
Si bien el Semanario fue la etapa previa a la revolución,
podría decirse que La Gazeta fue la revolución en proceso. De hecho, se fundó
el 7 de junio de 1810, muy poco tiempo después de las revueltas de Mayo. Este es, en
particular, el motivo de nuestra celebración de hoy.
Escrita y dirigida por Mariano Moreno, a quien debemos un capítulo aparte, funcionó como difusora de los ideales del flamante gobierno. Mucho es lo que se ha hablado y escrito al respecto, por lo pronto nos limitaremos a hacer algunas transcripciones textuales que dejan al descubierto la pluma de Moreno.
Los héroes de Gwuang-ju
En la Organización G.A.L.T. nos gusta señalar los olvidos
injustos, y este es un caso que fue imposible dejar pasar. Durante el trayecto
de Corea del Sur hacia la democracia, un general del ejército (Chun Doo-Hwan)
tomo el poder a fines de 1979. En mayo de 1980 declaró la Ley Marcial[3]
encarcelando a líderes de la oposición y cerrando universidades. Pero ocurrió
algo inesperado: un pueblo al sur de Corea decidió manifestarse en contra del
régimen, a lo cual este general respondió enviando ejército.
Naturalmente, no existía libertad de prensa y los hechos
fueron tergiversados para presentarlos como “un alzamiento de simpatizantes
comunistas”. En G.A.L.T. nos manifestamos en contra del comunismo, pero
respetando la libertad de todo individuo de expresar y difundir sus ideas. Como
dijo Voltaire:” No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu
derecho a decirlo”.
Retomando con Gwuangju, un periodista alemán (Jürgen
Hinzpeter) que estaba trabajando Tokio recibió rumores de disturbios y decidió
volar a Seúl y de ahí viajar en taxi hasta Gwuang-ju. El taxista, de nombre Kim
Sa-Bok, fue quien permitió que el reportero pasara el cordón militar que
rodeaba la ciudad dos veces para documentar lo que estaba ocurriendo, ya que en
el mundo nada se sabía. Los medios de comunicación locales estaban amordazados
por la ley marcial y las líneas telefónicas habían sido cortadas por los
militares. Informar de lo que estaba sucediendo no era tarea fácil, pero
Hinzpeter estaba decidido a hacerlo.
El alemán se vio obligado a guardar las cintas que había
grabado en una caja de galletitas, sacarlas de Corea no fue tarea fácil.
Tampoco fue en vano, finalmente el dictador aceptó una revisión democrática y
termino siento condenado por el golpe de estado y los asesinatos de Gwuang-ju.
Puede decirse que fue gracias a este periodista que hoy Corea del Sur no sea
igual a Corea del Norte. En cuanto a Kim Sa-Bok, el taxista heroico, poco se
sabe. El reportero jamás volvió a verlo.
Esto fue, sencillamente, una lista de los interminables
ejemplos en ennoblecen la profesión del periodista. A ellos, y en especial a mi madre, los saludamos y
dedicamos las palabras de Orwell en el prólogo de Rebelión en la Granja:
Si
la libertad significa algo, es el derecho de decir a los demás lo que no quieren
oír.
[1]
Vieytes, Juan Hipólito (1802). Semanario de Agricultura, Industria y
Comercio, N°1, t. 1, fol. 1.
[2]
Wienberg, Félix (1956). Estudio preliminar a Antecedentes Económicos
de la Revolución de Mayo, p. 19.
[3]
Medida de excepción en la cual se otorgan facultades extraordinarias a las
fuerzas armadas.
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