Día internacional del medio ambiente.
El 5 de Junio de 1972 se dio inicio a la conferencia de Estocolmo, puntapié inicial para colocar al medio ambiente como tema central, sensible e importante en la esfera global, dos días después la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprueba la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Finalmente en 1977 la ONU establece el 5 de Junio como Día mundial del medio ambiente.
Más allá de la exposición amontonada de problemáticas ambientales que podemos hacer al respecto, de existencia visible, excesiva importancia, y de constante utilización política, prefiero dedicar este artículo a las tendencias colectivas que han adoptado los Estados y las Organizaciones desde 1972 a la actualidad y comparar resultados y efectos de estas medidas con las emergentes soluciones de mercado que mejoraron el medio del hombre.
El punto de partida no puede ser otro que el reconocimiento de las problemáticas ambientales, el deterioro del planeta, la escasez de los recursos naturales y el aceleramiento de estas cuestiones entrado el siglo XXI. El cambio climático, la contaminación, la deforestación, la degradación del suelo, entre otras, son adversidades y obstáculos que el ser humano tiene en frente de cara a los próximos años.
Con la asistencia de los representantes de 113 países, 19 organismos intergubernamentales, y más de 400 organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales Se llevó a cabo la conferencia de Estocolmo. En la reunión se acordó una Declaración que contiene 26 principios sobre el medio ambiente y el desarrollo, un plan de acción con 109 recomendaciones, y una resolución.
Llama a los Estados participes a colaborar con la conservación y el mejoramiento del medio humano, reconociendo así mismo la responsabilidad de los gobiernos y de los pueblos del mundo de salvaguardar el medio ambiente.
En las 109 recomendaciones que podemos analizar en el informe vamos a encontrar una delegación absoluta a los Estados en materias de Investigación, coordinación, cooperación, educación, Formación técnica y profesional, consolidación de las instituciones, financiación. utilización y distribución de recursos abocados a la preservación del medio ambiente en conjunto con algunas directivas sobre las organizaciones, como por ejemplo la organización mundial de la salud (OMS) o la creación de órganos o entes, como por ejemplo el fondo común internacional.
Además dentro de estas recomendaciones, surgirán la aceptación de la planificación y adquisición sobre recursos y medios por parte de los Estados. De allí se desprenden el Control sobre medios industriales, sobre la ganadería, agricultura, fuentes de energía, bosques, montes, conservación de fauna, parques y zonas protegidas, prevención sobre el medio marítimo, control estricto sobre la actividad pesquera y los derechos del mar.
La conclusión obtenida es que el mundo a partir de la segunda parte del siglo XX coloca al medio del hombre como tema esencial. Podemos aglutinar las tendencias adoptadas para la subsanación de las problemáticas en dos grandes grupos, en primer lugar, la planificación absoluta y el control de los Estados sobre el medio del hombre y en segundo el desarrollo sostenible que consta en la búsqueda de preservación e inutilización de los recursos naturales. La reflexión que debemos hacer ante esto es ¿Son las únicas medidas?, ¿son las medidas correctas o suficientes?
En primer término nos compete preguntarnos ¿Por qué delegamos el cuidado de nuestro medio a un gobierno? Es decir, a un conjunto de personas con poder de imperio, ¿consideramos a estas personas más iluminadas que nosotros?, o ¿más coherentes para tomar decisiones sobre nuestra vida?
El sustento de nuestro planeta es un tema sensible, toda persona se ve conmovida por tales circunstancias, sino, conservamos la atención pertinente podemos ser conducidos a direcciones no deseadas, pues, es de público conocimiento el argumento sensible utilizado para fines políticos.
Alberto Benegas Lynch (h) expone en Las oligarquías reinantes (1999) este proceso con una precisión absoluta, el autor denota que el tema ecológico es un área poco explorada desde el costado liberal. Desarrolla la noción de derecho difuso y la protección de los intereses difusos, para sintetizarlo, se refiere a lo que hoy llamamos “bien común”.
La problemática que autor encuentra sobre esta perspectiva la cual es contraria a derecho y a la propiedad privada, es como bien ejemplifica con la obra de Garret Hardin “La tragedia de los comunes” es el deterioro y la perdida de interés por la percepción de la propiedad pública (lo que es de todos no es de nadie y que, por tanto, los incentivos a cuidar la propiedad común son inexistentes).
El autor toma un ejemplo tan claro como preciso para ejemplificar esta cuestión, que es la extinción de las especies de animales. Benegas Lynch (h) se pregunta ¿Por qué las ballenas se extinguen y las vacas no? Y encuentra como respuesta a su pregunta la existencia de derechos de propiedad sobre las vacas.
Por ultimo toma una experiencia y comparación de países africanos, por un lado la experiencia de Zimbabue donde se asignaron derechos de propiedad sobre las manadas de elefantes y Kenia donde conservan la idea de propiedad común. En este último caso la población de elefante se redujo de 167.000 a 16.000 en un plazo de 19 años (1970-1989) Mientras que durante el mismo periodo en el primer país se aumentó la manada de 40.000 a 50.000 a pesar de las ventajas territoriales existentes en este caso respecto al otro. Este fenómeno se condice con la lógica más elemental ¿Quién va ametrallar elefantes para sacar marfil si la propiedad le pertenece?
Llegamos a la conclusión que los problemas ecológicos se minimizan cuando se asignan correctamente los derechos de propiedad.
Conservar un recurso ¿para qué y por qué?, es una pregunta debemos de hacer, la primer observación que podemos hacer en las sociedades modernas existe un consenso mayoritario y popular sobre la conservación de recursos naturales (Primer medida que pide el programa ecologista mejor conocida como “el desarrollo sostenible”), tenemos que tener en cuenta en este caso que hay recursos que son indispensables para la vida como por ejemplo el aire o el agua, mas allá de estos, esta tendencia hacia la conservación abarca la totalidad de los recursos.
El desarrollo sostenible parte de la base en que los recursos se agotan. ¿Pero es necesario preservar todos los recursos? La primer variante a tener en cuenta es el principio de escasez esta indica que los recursos son escasos y las necesidades son ilimitadas, en primer medida nos muestra que los recursos no son suficientes para todas las necesidades del ser humano, ni siquiera para cubrir las necesidades básicas, por lo tanto llegamos a la conclusión que el estímulo común de la especie humana es la miseria.
Pero nos encontramos con un recurso que no es escaso, es inagotable en toda medida, este es ni más ni menos que la mente humana. El ingenio del ser humano es la única herramienta capaz de optimizar esos recursos, generar valor y mejorar la vida.
Como segunda medida debemos analizar que los recursos son agotables según el termino con que se los piense, por ejemplo en un aspecto físico el recurso será agotable teniendo en cuenta la cantidad de este, es decir, si hoy tenemos 10 manzanas y consumimos 1 manzana por día a los 10 días causamos el agotamiento real del recurso, este ejemplo absurdo nos sirve para entender la escasez en cuanto a fenómeno físico.
Pero podemos pensar el recurso en términos económicos en el cual se basa principalmente en el sistema de precios, como bien sabemos un precio es determinado por la demanda, la oferta y la utilidad marginal del bien. Entonces si hay escasez (disminución de la oferta) el precio sube y esto genera dos mecanismos, en primer lugar ante la elevación del precio se raciona el bien y en segundo lugar las alternativas sustitutivas del bien adquieren rentabilidad. Como ejemplo de esto podemos traer a consideración a William Stanley Jevons (padre de la escuela Marginalista junto a Carl Menger y Leon Walras) En el Siglo XIX. Jevons observa el agotamiento físico del carbón, tengamos en cuenta que esta roca sedimentaria organógena era el combustible principal de aquella época, El filósofo y economista ante tal observación considero atesorar carbón creyendo que ante la futura escasez subiría de precio, en primer lugar hoy el recurso físico del carbón ha aumentado a partir de descubrimientos de minas en Sudafrica, Dacota Del Norte y Siberia entre otros casos, como segundo dato a tener en cuenta la extracción del carbón gracias a la tecnología se ha vuelto menos dificultosa y más segura por lo tanto surge una disminución del precio y por último y más importante este mineral ha dejado de ser el combustible del mundo. Desarrollamos el ejemplo del carbón pero es válido para todo recurso, petróleo, agua, cualquier metal etc. ¿Podemos considerar que atesorar carbón fue una acción inútil?
Para finalizar teniendo en cuenta estas dos tendencias, podemos observar que la optimización de recursos es necesaria para mejorar la vida de los habitantes de este planeta, que la delegación del cuidado del mismo a los Estados y la concurrente creación de la propiedad común no es más efectiva que la correcta asignación de los derechos de propiedad, y que las soluciones derivadas de mercado o mejor dicho de las invenciones de la mente y el esfuerzo humano generan mejores soluciones para el cuidado del medio ambiente y si no lo consideran así, solo pregúntense ¿Quién salvo más arboles la ecología o el pendrive?.
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