Guia basica para dictadores: Renunciar o reiniciar
-FedCom soporte técnico, ¿en qué lo podemos ayudar?
-Buenas, tengo problemas con la conexión a internet.
-Dígame su número de cliente por favor…
-2004-667734
-Su estado de cuenta está al día. Hicimos una medición
eléctrica en su línea y lo que le hace falta es resetear la conexión.
-Disculpe, ¿podría ser más claro?
-Claro, su problema es sencillo: todo este tiempo, desde el
comienzo hubo un factor que hizo interferencia. Esta última se fue avanzando
hasta inutilizar por completo su red. Lo mismo ocurre con la sociedad. Verá, los
seres humanos fueron dotados de razón porque esta herramienta es la que les
permite desenvolverse en su habitad y de esta manera sustentar su propia vida.
¿Qué hacen con la razón? Producir. Esto es transformar los recursos de los que
poseen en bienes y servicios que sirvan al fin último de su existencia. Es
decir la propia vida.
Desde el principio de los tiempos esta fue una norma
aceptada por las comunidades, ya que de no respetarla estas no podrían existir.
Las comunidades se forman en base a que los individuos creen que estarán mejor así,
que viviendo por separado. Esto se debe a que los individuos pueden
beneficiarse de la razón de los demás, porque estos producen mejor ciertos
bienes. De nada les serviría producirlos si no tuviera con quien
intercambiarlos. Así un individuo puede ser un perfecto inútil en la mecánica,
pero saber de medicina. Lo mejor que podría pasarle es estarse el día haciendo
lo que sabe hacer, ganar dinero, e intercambiarlo con el que sabe de mecánica.
Ambos se benefician.
El requisito subyacente de todo esto es que estos individuos
puedan usar su razón libremente. Pues si alguien más les dijera como usarla,
estos solo se beneficiarían en la medida en que aquel dirigente pueda beneficiarlos
individualmente. Si todos razonan libremente, se aúnan los esfuerzos
contribuyendo a un bien general. Esa es la diferencia entre organización y
orden, la cantidad de agentes que contribuyen a su creación. Si alguien usa su
razón de manera indebida o improductiva, los demás sencillamente dejaran de
intercambiar con él. No tendrá otra opción que adaptarse a lo que los demás
necesitan si quiere beneficiarse de sus semejantes.
Eventualmente, habrá quienes estén en desacuerdo con estos
intercambios libres e involuntarios. Estos individuos querrán obtener algo a
cambio de nada: “saqueadores” les
llaman. Los hay de todo tipo, saquean vidas o propiedad, saquean carne o sentimientos.
Saquean hasta las ganas de seguir adelante. Estos no cumplen con la misión
fundamental de todo hombre, a saber, sustentar la vida por sus propios medios
valiéndose del uso de la razón. Lo que se hace con estos individuos, que no son
aptos del calificativo “humano”, es encerrarlos como animales.
Existe una clase de estos no-hombres que se han camuflado de civilización en civilización. Se
las arreglaron a lo largo de los tiempos para vivir a costa de los demás y,
como si fuera poco, los individuos productivos están convencidos de que los necesitan
para subsistir. Ay! si tan solo fueran conscientes… Esta clase de saqueadores son los “Leviatanes” o “Vampiros Filantrópicos”.
Manejan el monopolio de la fuerza. ¿Me sigue? ¿Soy lo suficientemente
claro? No quisiera ser muy explícito, ya sabe… por si acaso.
-Sí, pero yo solo…
-Déjeme terminar, amigo. El peor pánico de estos Leviatanes es que los individuos
descubran que no son los necesitados, sino al revés. ¿Se lo imagina? Los
individuos crean la riqueza produciendo y usando su razón. Los saqueadores nada producen, por tanto
solo pueden sostener sus actividades (incluida su existencia) privando a los individuos
de la riqueza que crean. ¿Recuerda el ejemplo del mecánico y el medico? Estos
dos creen que necesitan al saqueador.
Están convencidos. Y esto es así porque ninguno de los dos es bueno para leer
entre líneas. Ninguno está preparado para descubrir las aspiraciones macabras
que se camuflan de “justicia social” o “igualdad de oportunidades”. Solo se
preocupan por saber de mecánica y medicina. Y así les va.
Los saqueadores se
arman del miedo, es su más poderosa adquisición. Si no son capaces de sustentar
su vida por sus propios medios, mucho menos lo serán de someter a un productivo. Pero el miedo hace que este último
se someta solo y encima les dé las gracias. Una locura.
Siglo tras siglo se las fueron ingeniando alrededor del
mundo usando guerras, brujas, sífilis, etc. Todo eso les sirvió de excusa para
convencer a los productivos de que
necesitaban un saqueador en su vida. Me
pregunto: ¿qué los hacia tan especiales? Si ni siquiera son capaces de auto
sustentarse. Si lo fueran no dependerían de la riqueza arrebatada. Nosotros,
quienes producimos, los dejamos seguir enjaulándonos por nuestro propio bien.
Así nos fue.
Siguió hasta que un día les demostramos lo errados que
estaban y fue aquí mismo, en esta ciudad. Fue en 1870 y algo, hubo una epidemia
de fiebre amarilla. Los no-hombres se
vieron sobrepasados ampliamente por la situación y les pareció buena idea dejar
morir la ciudad (!). Regalaron pasajes para emigrar y otras sandeces. Ellos
creen que si ellos no pueden es porque no se puede. Una sociedad organizada es tan limitada como su organizador. Una
sociedad ordenada es tan poderosa como la suma de sus individuos contribuyendo
a ese orden.
¿Qué ocurrió entonces? Irónicamente, el abandono permitió
que los productivos hicieran lo que
creían correcto. La desorganización les permitió ordenarse creando la Comisión
Popular de la Salud Publica, con recursos y esfuerzos propios. Aun si hubieran
fracasado rotundamente hubiera sido una victoria moral. Eso es algo que la
gente no entiende: los productivos
fracasan o triunfan egoístamente con recursos propios. Atender los intereses
egoístas de un productivo implica
satisfacer las necesidades de los demás. Si satisface las suficientes se vuelve
rico, si no paga los platos rotos de su propio bolsillo. Un saqueador, en cambio, por generoso que sea siempre ayudará a los
demás con riqueza que arrebató previamente. El error, mi estimado amigo, es
creer que el primero es un egoísta chupasangre y el segundo es un vampiro filantrópico.
-Oiga, buen hombre, la verdad es que…
-Silencio, ya falta poco. Ocurre que la Comisión popular sacó
adelante a esta bellísima ciudad. ¿Y sabe qué? Dejó en claro que los saqueadores son unos perfectos buenos
para nada. Eso no les gustó eh, se lo puedo asegurar. Juraron, con lágrimas de
ira, que jamás cometerían el mismo error. Esa gente aprende rápido, mi amigo.
Hoy por hoy nos vemos nuevamente bajo la amenaza de un virus
mortal. ¿Sabe qué hicieron? Se aseguraron que no aparezca ninguna Asociación, Comisión,
ni mierda. Nos mandaron a encerrarnos “por nuestro propio bien”, para
protegernos. ¿Protegernos de qué? ¿De ser productivos? Esa es una manera un
poco boba de afrontar semejante martirio. Si no nos mata el virus nos mata el
hambre.
Pero ellos se aseguran dos cosas: los productivos no los van a dejar mal parados; y, al perder estos su
virtud (la producción), necesitaran de la riqueza saqueada. ¿Y quién dispone de
riqueza saqueada? Un saqueador,
obvio. Necesitan que los necesitemos.
Tuvimos una interferencia en nuestra red y la dejamos estar.
Hoy inutilizó nuestra conexión. Los vampiros
filantrópicos, leviatanes, no-hombres o como prefiera, inutilizaron
a la sociedad. Hay que reiniciarla, tiene que empezar a funcionar nuevamente
pero sin la interferencia. Es necesario que los productivos abran los ojos y vean que son ellos quienes sustentan
todo este aparato, y que los necesitados son los improductivos. Ahora bien, si
quiere que su conexión se reestablezca debe reiniciar el modem.
-Gracias, probé hace unos instantes y funcionó.
-Muchas gracias por usar el soporte técnico de FedCom, lo
dejo con una breve encuesta. Hasta pronto.
El miércoles de esa misma semana el operador telefónico fue detenido
cuando una ciberpatrulla detectó su discurso de odio. El cliente fue obligado a
testificar en su contra so pena de ser acusado de conspiración y traición a la patria.
Ambos terminaron presos y la sociedad jamás se reinició.
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