La importancia de Vieytes



Todos oímos hablar o hemos leído acerca de la gran opulencia de nuestro país hace un siglo o más. Era el granero del mundo, una potencia mundial, pionero en la eliminación del analfabetismo. Si miramos nuestro país, hoy por hoy, veremos que con no tener una crisis catastrófica cada 7 u 8 años nos conformamos. ¿Qué ocurrió? ¿Qué nos hizo grandes? ¿Por qué hoy no lo tenemos? Estimados, sugiero rever nuestra historia. Encontrar el factor que nos puso en la cima y que nos fue arrebatado. ¿Cómo se explica que una nación pase de la miseria a ser potencia y regrese a la misera? Creo tener un por qué.

Si yo hablara de la Revolución de Mayo, todos tendríamos alguna idea de qué se trata. También estaríamos de acuerdo en algunos nombres: Mariano Moreno, Cornelio Saavedra, Belgrano, Azcuénaga, en fin. Existen, sin embargo, algunos nombres que fueron tanto o más decisivos y que no son tan recordados. Este es el caso de Juan Hipólito Vieytes. Es importante conocer a las personas que hicieron grande a este país. Olvidarlas y olvidar sus ideas es, quizás, la causa de nuestra decadencia.

Vieytes, oriundo de San Antonio de Areco, dedicó sus dilatados estudios a la economía en general, agricultura, economía política, química aplicada, geografía, historia natural y hasta jurisprudencia. Fue uno de nuestros primeros economistas destacados, periodista, empresario durante la época colonial y administrador de la célebre Jabonería donde se reunían los independentistas a conspirar; ocupó la secretaria de la Primera Junta tras la muerte de Moreno, participó como auditor del ejército en las guerras de la independencia y fue secretario la Asamblea del Año XIII. Me pregunto, ¿Cómo puede ser que hayamos olvidado semejante prócer?

Si les preguntara a ustedes acerca del primer diario patrio, la mayoría respondería con mucha seguridad “La Gazeta de Buenos Aires” que se publicó en junio de 1810. Pocos sabrían que ya había existido el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio dirigido por Vieytes en 1802, o sea, unos 8 años antes. Semanario que, por cierto, marcó un antes y un después en nuestras tierras.

Para comprender la importancia de este periódico, hay que conocer el contexto histórico. Alberdi decía: “Nuestro pueblo argentino se muere de hambre de instrucción, de sed de saber, de pobre de conocimientos prácticos en el arte de enriquecer”. Para que se den una idea de la ignorancia que reinada basta saber que se mataba el ganado para vender la piel, dejando que la carne se pudra y había una escasez abrumadora de trigo. Algo impensado en el Granero del Mundo.

Vieytes, ni lerdo ni perezoso, decidió encarar el Semanario con la idea de instruir a los habitantes del Rio de la Plata. En él impartió conocimientos básicos sobre economía y agricultura; luchó por la dignificación de las personas de color y la supresión del infame comercio negrero; se mostró enemigo acérrimo de la esclavitud, intento convencer a las personas de la importancia de vacunarse contra la viruela y de integrar a los indios en la sociedad en lugar de masacrarlos. Pero el objetivo principal de su proyecto era generar riquezas, factor determinante para la emancipación de España (nunca dejemos de lado que esto pasaba en 1802).

Con todo esto, podría decirse que el Semanario ayudo a sembrar el espíritu revolucionario y La Gazeta fue la revolución puesta en marcha.

Algunos se preguntarán qué sentido tiene leer lo que escribió un tipo que vivió hace más de dos siglos. Lo cierto es que Argentina pasó de ser una colonia hundida en la miseria más absoluta a ser una potencia mundial. Si hubo alguien que pudo ver esta posibilidad y encontró la manera de materializarla cuando nadie más la veía, seguramente tiene cosas interesantes para decir. No solo eso, sino que en la primera edición del Semanario sostenía que Argentina podría concurrir con sus frutos al mercado general de todo el mundo, en otras palabras, ser el granero del mundo. Vieytes era un adelantado.

En resumidas cuentas, existen personas que fueron importantes para el desarrollo de nuestro país y que con el pasar del tiempo fuimos dejándolas morir en el olvido. Este es el caso de Juan Hipólito Vieytes y de tantos otros. Me parece muy importante que podamos conocer y dar a conocer nuestra propia historia. Hasta que eso ocurra, Argentina tiene por delante todo su pasado.

Y, ¿Quién es más apto para esta tarea, si no un grupo de ciudadanos reflexivos? Los invito, queridos lectores y futuros colegas, a conocer la vida y obra de esta figura tan importante. Como él mismo dijera:

“A vosotros pues compatriotas ilustrados, a vosotros toca echar los cimientos al grandioso edificio de nuestra prosperidad…”

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