Cupo no, cupo si

Que cupo si, que vamos a analizar qué hacer con el cupo, que cupo no va más.

Como es costumbre en nuestro país la estrella en las noticias de estos días volvió a ser el dólar, esta vez se pone en escena el cupo, ese pequeño cupo que le dejan al ahorrista de 200.

Desde el oficialismo Pesce y Alberto Fernandez fueron los primeros en tantear el terreno con la clara intención de quitar el cupo de dólares. Sin embargo, y para nuestra suerte, al comunicar sus planes buscando consenso para proceder, fue el ministro de economía quien desestimo esta propuesta.

¿Por qué quieren cortar el cupo? Las reservas se encuentran cuesta abajo consecuencia de su afán por intervenir en el precio del dólar. Actualmente las reservas netas están por debajo de los 4.000 millones de dolares, el dato curioso es que casi la mitad de las reservas son del swap chino que negocio el gobierno.  

Guzmán salió a cortar la noticia y no es casualidad, puesto que la divisa no solo es el caballito de batalla de los ahorristas, también es el de la recaudación. El impuesto país en el mes de julio recaudo $20.018 millones que equivale al 3,5% de la recaudación y en lo que va del año alcanzó un total de $67.714 millones.

Los ojos continuaran en el dólar y el cupo, ayer el BCRA en un comunicado publicó los datos de 4600 personas que quedaron excluidas del mercado de cambios oficial y se avecinan cambios para los importadores.

Hay todo tipo de rumores, fin de cupo, continuidad, ajuste… Desconocen que restringir la oferta provocara un incremento en el precio y mientras el peso continúe en decadencia los argentinos seguiremos apostando al dólar para ahorrar porque ni los plazos fijos, ni lo FCI nos lo permiten, quizás alguno dirá que apostemo por acciones de empresas locales pero eso tampoco es garantía. Para el ahorrista conservador el dólar seguirá siendo el elegido y para el que tenga un perfil un poco más agresivo pero poco capital los cedears serán una opción.

Como ya hemos dicho anteriormente en el artículo de la ley de Gresham: usamos el peso solo para gastos corrientes y el dólar para atesorar.