Padre del aula: ¿Sarmiento inmortal?
Casualmente hace unos 215 años, Vieytes nos pidió que
“Cuidemos pues con todas nuestras fuerzas de dar a nuestra tierna y numerosa
juventud una educación tal que no tenga motivo de maldecir nuestra ignorancia”
¿Cómo venimos con eso? Suele debatirse si debe enseñarse educación sexual
integral, catequesis, computación, hay quienes creen que debería clasificarse a
los niños según sus talentos e intereses, también quienes no creen en las
calificaciones, otros prefieren el home schooling ¿Cuál es la decisión
correcta? En este escrito no está la respuesta. Y, precisamente por eso,
creemos que es necesario que los individuos actúen en libremente en busca de
sus propios fines personales.
No vamos a poder saber con certeza que es mejor para los mas
chicos si no tenemos la posibilidad de elegir la opción que nos parezca mas
adecuada. Hoy en Argentina existe un “Ministerio de Educación” que se encarga
de regular la “Educación Oficial”. Hay aquí dos elementos:
-
Ministerio de educación: Ya ha señalado Orwell
en su celebre 1984 que los organismos estatales suelen contribuir a una
causa que es contraria al titulo que ostentan. Así como el “Ministerio de la Verdad”
se encargaba de censurar noticias y el “Ministerio de la Paz” llevaba adelante
asuntos bélicos.
-
Educación oficial: Para Benegas Lynch (h) “La
literatura oficial, la prensa oficial, la historia oficial, la ciencia oficial
son todos dislates de factura totalitaria.”
Visto desde otro ángulo, para que la educación oficial sea
efectiva debemos suponer que:
- Absolutamente todos los chicos del país son iguales en
capacidades.
- No hay diferencia alguna entre los conocimientos que
necesitan dos chicos en distintos puntos geográficos.
- Que quien esté a cargo del Ministerio sabe perfectamente
que conocimientos necesitan los jóvenes.
- Que los padres de los niños no tienen idea lo que estos
necesitan.
Es necesario arrancar al Estado el monopolio de la
educación, no puede seguir formando ciudadanos a piaccere. Bajo estos
términos es de esperar que la democracia no de los resultados que esperamos.
Nadie debería sorprenderse de que nuestro país este gobernado por un
monopartidismo con dos retoricas hace varias décadas si todos se educan con el
mismo programa. Es necesario repensar nuestro sistema educativo como primer
paso hacia el desarrollo. Es un error esperar que la educación sea de primera
calidad cuando quien nos la brinda se ve beneficiado por nuestra ignorancia.
En vano sus intenciones serán rectas, en vano harán grandes esfuerzos por el bien público, en vano provocaran congresos, promoverán arreglos, y atacaran las reliquias del despotismo; si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede, y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranía.[1]
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